EDAD DEL HIERRO

De la Primera Edad del Hierro, los asentamientos que mejor se conocen son los castros. Se trata de poblados situados en lugares poco accesibles de fácil defensa natural que dominan valles y cursos de agua. Sus recintos aparecen protegidos con murallas y sus viviendas se distribuyen adaptándose al terreno.

Los poblados de esta época que se han excavado en la provincia de Burgos (Roa, Castrojeriz, Solarana, Adrada de Haza, Lara de los Infantes…) apenas han aportado materiales significativos. Sin embargo, sus necrópolis sí que nos han proporcionado un importante número de hallazgos.

A este respecto, el yacimiento más representativo es la necrópolis de La Polera, en Ubierna, situada cronológicamente entre la Primera y la Segunda Edad del Hierro (siglos V-IV a.C.). En ella se han contabilizado casi un centenar de tumbas que responden al tipo de enterramiento en túmulos individuales. La estructura tumular consiste en un círculo externo de piedras, aquí con diámetros variables que van desde los 2 hasta los 5,5 metros, que encierra un hoyo central donde se depositaba la urna funeraria con los huesos calcinados y el ajuar, cubriéndose todo el conjunto con un amontonamiento de tierra y piedras. En algunos casos, el hoyo central aparece rodeado por un pequeño círculo interior de piedras que, en ocasiones, también se cubre con una losa.

El material arqueológico de esta necrópolis es bastante uniforme. El elemento más característico son las urnas funerarias. Se trata de vasos de cerámica elaborados a mano con pastas oscuras, pie alto y hueco, cuerpo bitroncocónico y borde exvasado. En cuanto a su decoración, en la parte superior del cuerpo aparecen cuatro surcos horizontales hechos con los dedos, mientras que en la carena se pueden apreciar también improntas de dedos o pequeños trazos incisos verticales. El ajuar está compuesto por diversos objetos metálicos: cuchillos afalcatados, placas de cinturón, umbos de escudo, fíbulas, etc. Destaca una llamativa fíbula de doble resorte con puente en forma de caparazón de tortuga.

 

LAS NECRÓPOLIS DE MIRAVECHE Y VILLANUEVA DE TEBA

La Segunda Edad del Hierro (siglos IV-I a.C.) ofrece en nuestra provincia un panorama cultural mucho más completo. El poblamiento más característico sigue siendo el castro, pero ahora se observa una evolución diferenciada entre los situados en las zonas cercanas a las grandes vegas, que se renovarán, y los situados en las zonas serranas, que permanecerán estables. Las necrópolis siguen siendo también los yacimientos que aportan un mayor número de materiales arqueológicos, y la incineración en tumbas individuales, el rito funerario característico, pero se abandona definitivamente la construcción de túmulos, realizándose los enterramientos ahora en simples hoyos.

La necrópolis de Miraveche, situada en la zona de La Bureba, al noreste de la provincia, es uno de los yacimientos más importantes de esta época en la Meseta. Los materiales que suelen componer sus enterramientos son la urna funeraria, formalmente parecida a la del período anterior, pero con una decoración más rica y variada, y un rico ajuar metálico de armas de hierro y adornos personales de bronce. Entre los materiales de este rico ajuar metálico, merecen especial atención el puñal tipo “Miraveche-Monte Bernorio”, de vaina alargada, rematada con una contera de uno o cuatro discos, y empuñadura naviforme; las espadas “de gavilanes curvos”, típicas de este yacimiento, de hoja alargada con nervadura central y decoración a base de cabezas de jabalíes estilizadas en la cruz; y las placas de cinturón tipo “Bureba”, con abundante decoración a base de motivos geométricos, oquedades transversales y grandes botones.

Villanueva de Teba es otra importante necrópolis de la zona de La Bureba. Sus enterramientos siguen siendo incineraciones individuales en simples hoyos en los que se depositaba la urna funeraria y el ajuar, pero Villanueva de Teba representa un nivel más avanzado, según se deduce de sus ajuares, que contienen un elevado número de piezas metálicas. No obstante, hay que señalar que los materiales obtenidos en ambas necrópolis (Miraveche y Villanueva de Teba) denotan una gran uniformidad.

El tipo de arma más abundante son los puñales. De clara influencia europea, se caracterizan porque sus vainas están elaboradas con placas laminares de hierro y bronce y aparecen rematadas con una contera de disco. Entre los materiales de esta necrópolis, también hay que destacar las placas o broches de cinturón, los cinturones para puñales o las grandes placas rectangulares con decoraciones geométricas y botones que constituyen un grupo típico del yacimiento. Otras piezas características son las fíbulas “de cazoleta” y las “anulares hispánicas”, que suelen presentar bellas decoraciones.

Necrópolis de La Polera (Ubierna) Urnas funerarias (La Polera) Espada "de gavilanes curvos" (Miraveche)
     
     
     
Vaina de puñal tipo "Miraveche-Monte Bernorio" (Miraveche) Vaina de puñal (Villanueva de Teba) Placas de cinturón (Villanueva de Teba)

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